Darle a tu bicicleta una revisión rápida antes de salir a rodar te ayudará a mantenerte seguro y podría ahorrarte dinero al evitar costosos problemas mecánicos.
“Un ajuste menor
puede evitar un problema mayor”
Seamos realistas, si usás la bici como medio de transporte habitual, no vas a revisar cada parte en detalle antes de cada viaje, y nadie lo sugiere, pero esto es lo que creemos sensato antes de salir a la ruta.
Además de accidentes relacionados entre ciclistas y conductores de carros, algunas causas comunes de accidentes en asfalto son: condiciones peligrosas de la carretera, como pavimento resbaloso o aceitoso; pasar por baches y hoyos; escombros en la carretera y obstáculos como piezas de automóviles aleatorias o material de construcción.
Puede parecer bastante lo de la siguiente lista, pero si nada está mal -y la gran mayoría de las veces ese será el caso- cada una de estas comprobaciones individuales toma solo unos segundos. Claro, si encuentras problemas, resolverlos llevará tiempo, pero quizás menos tiempo que si no identificas un problema pequeño que empeorará gradualmente.
Las llantas
Si andas en bicicleta varias veces a la semana, es poco probable que infles las llantas o verifiques la presión antes de cada viaje, pero es una buena idea al menos apretar los lados de las llantas para asegurarte de que estén en orden. Pellizcar los neumáticos de esta manera no es un indicador perfecto, pero probablemente tendrás una idea de cómo deberían sentirse.
Echa un vistazo rápido a la banda de rodamiento de la llanta para asegurarte de que no esté desgastada, que no haya cortes y que no haya nada atascado allí que pueda provocar un pinchazo. A menudo, pueden enterrarse pedazos de pedernal y otras piedras afiladas antes de que se abran camino.
Además, verifica si hay muescas y cortes en la pared lateral que eventualmente podrían provocar la falla de la llanta. Toma solo segundos. Ten en cuanto el tiempo que has usado las llantas.
Los frenos
Girá las ruedas para asegurarte de que las pastillas de freno no rocen las llantas (si tienes frenos de llanta) o los rotores (si tienes frenos de disco).
Asegurate de que pueden aplicar suficiente presión de frenado para detenerse en caso de emergencia sin que las palancas entren en contacto con el manillar, y si es necesario, realiza los ajustes. Puede ser un trabajo de dos segundos a través del ajustador de barril ajustar los frenos.
Comprobá que los cables no estén pegados (suponiendo que tengas cables en lugar de sistema hidráulico) y que las pinzas vuelvan completamente después de frenar.
Independientemente del tipo de frenos que tengás, realiza una revisión visual rápida cada pocos viajes para asegurarte que no hay desgaste.
Las ruedas
Cuando hagás girar las ruedas, asegúrate de que funcionen correctamente. Si tienes frenos de taco, a veces notarás que una llanta no roza mientras conduces, pero un pequeño bamboleo no siempre es obvio. Si una rueda no funciona perfecto, averigua por qué: podría ser un radio suelto o roto o que requieras llevar a centrar el aro.
Agujas y ejes pasantes
Los cierres rápidos y los ejes pasantes a veces pueden aflojarse con el uso, así que comprueba que estén bien ajustados antes de montar. Si tu bicicleta tiene agujas, verifica que las palancas estén completamente cerradas.
Hay varios diseños de eje pasante en el mercado. Asegúrate de que los tuyos estén correctamente apretados según las recomendaciones del fabricante.
La cadena
Si no limpiaste y lubricaste la cadena al final de tu último viaje, lo que definitivamente deberías haber hecho si estaba mojada, revísala antes de salir. Mientras lo haces, pasa la vista por la cadena para verificar que no haya daños en las placas laterales y que los pasadores estén asentados correctamente. Gire las bielas hacia atrás y asegúrate de que no haya eslabones rígidos.
Esto puede sonar exagerado y las posibilidades de que tu cadena se dañe son escasas, pero una cadena rota puede ser realmente peligrosa.
Los tornillos
Nadie sugiere que revises todos los tornillos de tu bicicleta antes de cada paseo, pero al menos asegúrate que los de horquilla y el spander estén bien: solo necesitas sujetar la rueda delantera entre las rodillas, agarrar el manillar e intentar moverlo de lado a lado y hacia arriba y abajo. También deberías verificar los que sujetan las bielas en su lugar. Si notas que algo necesita ajustarse y quieres que todo funcione.
Los cambios
Si tenés tiempo, cambia rápidamente de marcha para asegurarte de que el cambio sea suave, aunque si no es así, probablemente lo hayas notado en tu último viaje. Si la cadena está luchando para cambiar las ruedas dentadas y tienes cambios mecánicos, podría ser solo cuestión de girar el ajustador del barril en el desviador trasero para hacer las cosas bien.
Los diferentes sistemas de cambios electrónicos están microajustados de diferentes maneras, pero todos son bastante simples. En lugar de revisar todo aquí, solo asegúrese de conocer el método para su sistema en particular.
Podés hacer algunas de estas comprobaciones tan pronto como llegues del viaje, como asegurarte de que la cadena esté limpia y lubricada para que no se oxide, algunas las puedes hacer antes de salir, como verificar que haya suficiente aire en las llantas.