Hidratarte correctamente mientras practicas ciclismo es básico para un entrenamiento con garantías y para evitar problemas físicos. Especialmente, cuando el calor aprieta. La genética, la condición física, la temperatura, humedad ambientales y el acondicionamiento del calor son factores que determinan la rapidez con la que tu cuerpo puede presentar síntomas de deshidratación.
Los músculos responsables de cualquier movimiento, como el pedaleo, necesitan de grandes cantidades de líquido para moverse correctamente; por eso con la deshidratación te abandonarán las fuerzas y podrías sufrir un desfallecimiento, mareos o incluso un golpe de calor.
Malas costumbres:
- No hidratarse bien antes ni después de la salida.
- No beber frecuentemente o en exceso durante una ruta.
- No llevar suficiente agua ni hidratante en el recorrido.
La hidratción antes, durante y después
Antes: Es aconsejable que, días y horas antes del entrenamiento o carrera, ingieras bebidas hipotónicas, incluso sin esperar a tener sed.
Durante: Programar las ingestas de líquidos isotónicos (un solo trago) cada 5 o 10 minutos en días calurosos y cada 15 o 20 minutos en días frescos para mantener una correcta hidratación. Los expertos recomiendan un mínimo de 500ml por hora.
Después: Como regla general, deberías beber agua suficiente para recuperar tu peso corporal previo a tu ruta ciclista. No es recomendable beber refrescos carbonatados o bebidas alcohólicas ya que retrasarán la rehidratación y son perjudiciales para órganos como el hígado o el riñón.
La importancia de las bebidas isotónicas
¿Te has fijado alguna vez en esas manchas blancas en la ropa y en las correas del casco después de una ruta sofocante? Son los minerales que perdemos y que son importantes de reponer.
Las bebidas isotónicas colaboran con la recuperación de estos minerales esenciales:
• Calcio: mejora la fluidez en los impulsos nerviosos y contracciones musculares.
• Hierro: el motor de los glóbulos rojos, responsables del transportar el oxígeno a las células musculares.
• Magnesio: contribuye a la recuperación y a la mejora del tránsito intestinal.
• Potasio: regular la actividad muscular evitando los calambres musculares
• Sodio: retrasa la pérdida de agua y participa en las contracciones musculares.
Llevar más bebida isotónica para un entrenamiento más largo o intenso tampoco supone que tengas que obligarte a beber más. Es muy importante controlar las cantidades de líquido ingerido, ya que beber en exceso puede causar problemas físicos debido a una bajada del nivel de sodio en sangre, desembocando en una hiponatremia.